¿Operar las ventanas a través de un mando a distancia?, ¿programar sin esfuerzo sus horarios de cierre y apertura? Por más que suenen a ciencia ficción, estas funciones de las ventanas eléctricas para casas son una realidad.
Este producto, o dispositivo electrónico, ha irrumpido en el mercado sin excesivo ruido pese a sus prestaciones de vanguardia, quizá debido a un precio elevado, que promete abaratarse en el futuro a medida que se amplíe su público objetivo. Con todo, las ventanas eléctricas aparecen como una solución eficaz para techos altos, instalaciones de difícil acceso o viviendas pertenecientes a minusválidos y otros colectivos vulnerables. También se postulan como las ventanas prototipo del ‘hogar inteligente’ o smart house.
Las ventanas eléctricas suponen un salto hacia la ‘smart house’
Las ventanas eléctricas se caracterizan por equipar componentes electrónicos que permiten su manipulación a distancia o mediante la pulsación de botones instalados en su marco. Gracias la automatización de su apertura, cierre y regulación, estas ventanas pueden accionarse mediante un control remoto. Se integran asimismo con otros dispositivos de domótica inteligente, participando del ahorro energético del resto de la vivienda.
En perspectiva, el auge de las ventanas eléctricas y otros avances tecnológicos para el hogar se enmarcan dentro de la revolución de las smart houses, esto es, la introducción de dispositivos electrónicos interconectados en entornos domésticos. Se prevé que su tasa de penetración supere el 21% en el año 2025, según un informe de Statista, de manera que los usuarios más avispados pueden adelantarse a la tendencia y domotizar ya sus ventanas. Razones de peso no les faltan, como se comprobará en el siguiente punto.
Del ahorro energético a la domotización: 4 beneficios de las ventanas eléctricas para casas
Facilidad de uso
El uso fácil y cómodo de las ventanas eléctricas constituye un poderoso reclamo para las nuevas generaciones, entre las que se ha normalizado que la tecnología simplifique sus actividades cotidianas. Basta con accionar un botón para abrir y cerrar estas ventanas motorizadas, sin necesidad de forzar una manilla mal engrasada o de presionar un marco porque las fricciones imposibiliten su apertura normal. Con el agregado de las persianas eléctricas, es posible regular la ventilación y la luz natural con el mínimo esfuerzo.
Ahorro energético
La eficiencia energética también puede mejorarse drásticamente con la instalación de una ventana eléctrica para casas. Su uso combinado con termostatos inteligentes y programas de domótica permite automatizar su funcionamiento y regular la temperatura en interiores con la máxima precisión. Con ello, no sólo se ahorra en la factura eléctrica, sino que también se reduce el error humano, causante de accidentes domésticos y fallas en la seguridad. De ahí que las mejores ventanas para aislar del frío en el futuro, probablemente, sean eléctricas.
Domotización del hogar
La domótica en casa evoluciona a pasos agigantados, y sin duda un avance significativo ha venido de la mano de las ventanas y persianas eléctricas. Estos dispositivos nos aproximan al smart house, ese entorno donde los electrodomésticos y aparatos de telefonía operan de manera eficiente y coordinada, estableciendo sinergias que redunda positivamente en valores como el confort y el ahorro económico.
Además, esta tecnología abre el camino a la gestión automatizada de las ventanas, que suman un total de cinco a diez unidades en un piso o vivienda promedio. Esto significa que su cierre y apertura en el momento más conveniente supone una inversión de tiempo y esfuerzo diarios que bien podrían invertirse en actividades más relevantes: con las ventanas eléctricas y un sistema de domótica aceptable, es posible lograrlo.
Protección y tranquilidad
Las ventanas convencionales cuentan, en su mayor parte, con ciertas vulnerabilidades en su sistema de apertura, fáciles de explotar por los delincuentes más avezados. Por el contrario, las ventanas eléctricas destacan por la ausencia de manilla o tirador, que son reemplazados, bien por un panel de botones, bien por sensores internos que responden a un mando a distancia. Como resultado, su forzamiento resulta más difícil porque los mecanismos permanecen ocultos en el interior de los perfiles.
Para los menores de edad, los discapacitados y otros colectivos vulnerables, reemplazar las ventanas tradicionales por unidades eléctricas agrega un plus de seguridad. Las cortes, golpes y otras lesiones comunes en ventanas tradicionales brillan en estas por su ausencia, pues las interacciones con el sistema de apertura se realizan a distancia o pulsando botones.