¿Es posible cambiar las ventanas sin obra de albañilería?

La idea de realizar un cambio de ventanas sin obra seduce (y mucho) a los propietarios. La albañilería, aunque necesaria en el sector de la reforma y el interiorismo, trae consigo escombros, suciedad, ruidos e incomodidades, sin mencionar las obligaciones y trámites legales (autorizaciones del Ayuntamiento, permiso de obras, etcétera) que llevan asociadas unas tasas y tiempos de espera.

Con el fin de mejorar la eficiencia energética del edificio o simplemente de elevar su valor estético, cada vez más propietarios se deciden a acometer la instalación de ventanas de PVC y aluminio. ¿Es posible hacerlo sin obras? La respuesta es afirmativa, con ciertas objeciones.

¿Cuándo es viable cambiar las ventanas sin obra?

Uso de los pre-marcos de construcción

En determinados escenarios es viable cambiar las ventanas sin obra. Así sucede en las edificaciones con pre-marcos anclados a la pared, comunes a partir del año 2000. Dado que la ventana está atornillada al pre-marco y no a la pared constructiva, su reemplazo por una unidad de tamaño y diseño equivalentes no reviste grandes dificultades.

Para evitar las imperfecciones y el problema de la condensación, el responsable de la obra debe aplicar espumas aislantes en los intersticios de la ventana, el pre-marco y la pared. También implementan capas de yeso y de pintura, para mejorar la integración de la nueva ventana con su entorno. Pero estas son obras menores que generalmente no requieren licencia ni autorización.

Aprovechamiento de marcos antiguos

La incompatibilidad entre el marco y la ventana hace necesaria la retirada de aquel y, por tanto, las obras de albañilería. Sin embargo, estos elementos no siempre entran en conflicto. Con frecuencia, las características de la nueva ventana admiten su instalación sobre un marco preexistente, a condición de que esté en óptimas condiciones.

En este caso, cambiar las ventanas correderas sin obra es una apuesta ganadora, pues se economizan una gran cantidad de tiempo y de recursos, sin mencionar las molestias de cursar los permisos de obra, limpieza el polvo y los desperdicios, etcétera. No obstante, incluso si el marco y la ventana gozan de compatibilidad, la presencia de un cajón de persiana antiguo obligará igualmente a hacer obras, para eliminar este espacio vacío que rompe el aislamiento térmico.

Principales beneficios del cambio de ventanas sin obras

Ahorro de tiempo

La decisión de sustituir las ventanas sin obra es lógica cuando interesar acortar al máximo la duración de la reforma, bien por cuestiones económicas o de comodidad. Cuando puede reutilizarse el vano y el marco de la ventana, este cerramiento se instala con rapidez, en solo 2 ó 4 horas, dependiendo de su diseño y características.

Como el tiempo equivale a dinero, evitar las obras de albañilería significa un ahorro notable de los tiempos de ejecución. Con ello, se logra optimizar las subvenciones para el cambio de ventanas y evitar consumir el presupuesto disponible.

Aprovechamiento de materiales

Sin obra de albañilería, la instalación de las ventanas permite economizar materiales de construcción como el cemento, el ladrillo o el yeso, sin mencionar el uso de un contenedor de escombros, a colocar en la vía pública, lo cual requiere una autorización del Ayuntamiento en cuestión.

Usualmente, todos los materiales de la ventana preexistente pueden aprovecharse, a excepción de la espuma de poliuretano que se inyecta entre el marco y la ventana. Esta puede sustituirse por un producto similar. También es posible lograr el aislamiento de ventanas sin obra por medio de burletes, bajopuertas y láminas autoadhesivas.

Reducción de molestias e incomodidades

Las obras que se prolongan durante semanas, y con las que es preciso convivir por falta de una segunda vivienda, suponen una alteración de la normalidad del propietario. El ruido, la suciedad e incluso los cortes temporales de luz y de otros suministros no hacen sino incrementar la incomodidad. En casos extremos, el afectado deberá costearse un alquiler donde permanecerá hasta que las obras finalicen.

Por este motivo, siempre que sea posible sustituir las ventanas sin albañilería, se preferirá esta opción para acortar los tiempos de ejecución, que pasarán de días a horas. Aunque muy ventajoso, esta solución puede ser limitante en muchos sentidos, por lo que deben sopesarse sus pros y contras.

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