Sellar las ventanas del exterior es una medida esencial para neutralizar las pérdidas de energía calorífica en viviendas, oficinas y cualquier edificación. También mejora el bienestar en interiores reduciendo las filtraciones de aire y la aparición de humedades.
Con el establecimiento del objetivo 11 para la Agenda 2030, los gobiernos, empresas y ciudadanos han elevado su compromiso con el ahorro energético, en busca de viviendas y ciudades más sostenibles. El aislamiento de ventanas y otras medidas encaminadas a disminuir el gasto eléctrico pueden suponer un ahorro de hasta el 70% en la factura de la luz, como vienen informando distintos estudios.
Recomendaciones para sellar ventanas del exterior y mejorar su aislamiento térmico
A pesar de ello, una parte de nuestras ventanas carece de un sellado adecuado, defecto que merma la capacidad aislante de este elemento y ocasiona un ‘goteo’ de gastos mes a mes. Para aislar ventanas exteriores de manera eficaz, se recomienda seguir los siguientes pasos.
En primer lugar, deben identificarse las secciones y grietas que carezcan de sellado o cuya silicona o masilla estén deterioradas y no cumplan ya su función como es debido. Los indicadores sensoriales (percibir corrientes frías o una humedad inusualmente alta, por ejemplo) ayudan a identificar las mejores zonas en las que aplicar el sellador.
Una vez se han localizado las secciones a aislar en el perímetro de la ventana, se procederá a limpiarlas en profundidad, pues la suciedad, la grasa, el polvo o los hongos podrían limitar la vida útil del producto sellador. Para agilizar este paso, se aconseja el uso de desengrasantes, siendo importante a posteriori secar la zona a conciencia.
Para comenzar a sellar el marco de ventana en pared o fachada, se escogerá la boquilla más adecuada y se ajustará a la pistola de sellado disponible. Seguidamente, deberá aplicarse el producto por la junta de forma lenta, constante y homogéneo, evitando prisas que puedan dejar áreas sin cubrir. Idealmente, el resultado será un ‘cordón’ uniforme y sin interrupciones.
Cuando el producto se haya secado, se utilizará una herramienta cortadora para rebanar la silicona o masilla sobrante y alisar la superficie. En el caso de los selladores en formato cinta, se deberá retirarla con paciencia. Por último, se enjuagará la superficie para retirar las trazas sobrantes. ¡Así de simple es sellar ventanas contra el agua y otros agentes climáticos!
¿Cuáles son los mejores productos para sellar ventanas de PVC y de aluminio?
En el mercado se comercializan distintas clases de siliconas y masillas para sellar ventanas, y su elección no es tarea fácil. Tres son las principales opciones disponibles en el segmento de los selladores: los acrílicos, los basados en poliuretano y los de silicona.
Pese a su buen funcionamiento y precio asequible, los selladores acrílicos son poco resistentes a la incidencia de la radiación ultravioleta, lo que acelera su deterioro y acorta su vida útil. Esta carencia no la comparten los selladores elaborados con hidruro de silicio, es decir, silicona.
Estos productos presentan una alta resistencia al viento y la lluvia constantes, siendo una mejor opción que las soluciones acrílicas en regiones de climas húmedos. Los hay de dos tipos: de silicona neutra y acética. Esta última está indicada para los puntos de unión entre el cristal y el perfil de la ventana, mientras que la silicona neutra puede aplicarse en una mayor gama de materiales, pues es compatible con el aluminio, la madera y el plástico.
Por último, otro de los productos para sellar ventanas de aluminio y otros materiales es la espuma de poliuretano, cuyas capacidades expansivas y elástica le permiten rellenar y bloquear cualquier intersticio. A propósito, quizá te interese conocer estos tips para mantener la casa caliente en invierno.