4 razones para elegir ventanas de PVC de imitación a madera

Entre las aplicaciones del cloruro de polivinilo, la reproducción de materiales nobles como la piedra, el mármol o el acero inoxidable es una de las más populares. En particular, las ventanas de PVC de imitación a madera reciben especial demanda por el realismo de sus acabados, el mantenimiento simple o las cualidades eco-friendly del este termoplástico.

Kömmerling y otros fabricantes de ventanas de PVC incorporan esta característica en sus diseños, con acabados texturizados que reproducen las singularidades del nogal, el abeto, el roble y una extensa lista de maderas, ampliamente utilizadas en carpintería.

Por qué deberías elegir ventanas de PVC de imitación a madera

Apariencia realista

La variedad de texturas, patrones y colores que admite este material termoplástico permite reproducir un número casi infinito de especies maderables. Con las ventanas de PVC de imitación a madera para exterior, se logra un ahorro notable en la inversión de estos elementos estructurales, sin renunciar a las bondades estéticas de la madera. ¡Pocos notarán la diferencia!

Eco-friendly

Invertir en ventanas de PVC de imitación a madera supone un beneficio para los ecosistemas en estado crítico, por la sobreexplotación de este y otros recursos naturales. Aunque la masa forestal de pinos, abetos y chopos es abundante, no puede decirse lo mismo del abarco (Cariniana pyriformis), la caoba (Magnoliopsida), el cedro (Cedrus), el palorosa (Aspidosperma polyneuron) y otras especies en peligro. Elegir materiales alternativos es una forma de ‘dar un respiro’ a los bosques.

Con el uso de PVC reciclable, además, se evitan las implicaciones negativas (muy pocas, en realidad) de este material termoplástico, cuya mala gestión puede derivar en el envío de residuos al medio ambiente, como sucede con cualquier producto de origen artificial. En la actualidad, la mayor parte del PVC comercializado está libre de sustancias tóxicas gracias a las regulaciones ambientales de España y de la Unión Europea.

Por si fuera poco, las ventanas de PVC tienen una vida útil —de hasta 50 años, nada menos— superior a la de otros materiales. Mientras que la madera es vulnerable a la acción de la humedad, la salinidad, la exposición solar, los isópteros o el fuego, el PVC resiste cualquiera de estas amenazas, incluido el fuego gracias a sus propiedades ignífugas.

Mantenimiento fácil

Una de las características de las ventanas de PVC más apreciadas por el consumidor es la facilidad de su limpieza y mantenimiento. Mientras que la madera es realmente exigente en este sentido, requiriendo toda clase de cuidados y tratamientos periódicos, el cloruro de polivinilo puede mantenerse en condiciones óptimas sin grandes esfuerzos.

Estas ventanas de imitación a madera pueden higienizarse con una simple bayeta humedecida en productos de limpieza accesibles. Por el contrario, deben evitarse soluciones abrasivas, quitaesmaltes, etcétera, que puedan deteriorar la superficie del PVC. Por el contrario, la madera debe lijarse y barnizarse cada cierto tiempo y, en general, es más frágil a los golpes y rozaduras que cualquier material termoplástico.

Energéticamente eficiente

¿Sabías que el PVC es una elección preferencial en las viviendas Passivhaus? La razón estriba en la alta eficiencia energética de este material. Los perfiles de cloruro de polivinilo tienen propiedades aislantes que sobreexceden a las del aluminio y la madera. El resultado es una menor pérdida de energía en viviendas y empresas.

Por su baja conductividad térmica, las ventanas con efecto madera de PVC proporcionan niveles elevados de aislamiento que redundan en el bienestar general y en el ahorro en la factura de la luz. Además, problemas como las humedades o la condensación pueden eliminarse fácilmente con el uso de perfiles fabricados en este material termoplástico.

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