La manilla es un elemento fundamental de los herrajes de ventanas. Su acabado y prestaciones influyen no sólo en el valor estético de la ventana, sino también en su seguridad y ergonomía. Para acertar en su elección, al cliente le interesa considerar aspectos como el material, el diseño o el fabricante, que condicionan la calidad de la manilla.
Las manillas de ventanas cumplen una función básica: el manejo fácil y cómodo de la apertura, el cierre y el bloqueo de la ventana. Determinados modelos incorporan un pulsador que impide su accionamiento por cuestiones de seguridad doméstica. De este modo, se evitan accidentes en el hogar (los menores de edad no pueden abrirla y asomarse) y se dificulta la manipulación de sus mecanismos desde el exterior por parte de delincuentes.
El cliente tiene aquí mucho donde elegir. Los tipos de manillas para ventanas comprenden un catálogo extenso, fácilmente clasificable en función de su acabado (acero, aluminio, hierro), su diseño (Modus, Universal), la base (con placa o roseta) y la marca desarrolladora (Roto Frank, Hoppe, Giesse, Pasini, etcétera).
¿Qué tipos de manillas para ventana existen en el mercado?
Según su diseño, las manillas se agrupan en dos categorías principales: Modus y Universal. Más o menos esquematizados, estos modelos presentan diferentes estéticas, no funcionales. La manilla tipo Modus presente un acabado más redondeado y suave, de gran ergonomía, mientras que la Universal cuenta con un diseño más plano y anguloso, compatible con decoración minimalistas y de vanguardia. También se comercializan productos híbridos que fusionan las características de estos diseños.
En cualquiera de estos tipos de manillas para ventanas de aluminio o PVC, la base —pieza que refuerza la unión de la manilla con el marco— está disponible en formato placa o roseta. La placa se define como un rectángulo vertical, con presencia y de un material afín a la palanca y a la perfilería de la ventana. Por su parte, la roseta es una base más pequeña y discreta, generalmente circular, que cumplen su función sin atraer demasiadas miradas.
El material establece otra diferencia crítica en la oferta de manillas disponibles. Las de acero, por ejemplo, ofrecen un acabado moderno y pulido, resistente a la oxidación, mientras que el hierro contrarresta esta carencia con una apariencia más clásica y una durabilidad superior a la media.
Las manillas de PVC para ventanas, por su parte, comparten los beneficios de la perfilería fabricada en este polímero. Su acabado en color blanco es fácil de integrar en ventanas, puertas y otros elementos de este material, por lo que armoniza con decoraciones preexistentes.
La aleación de aluminio y zinc —es decir, el zamak— gozan de popularidad en el desarrollo de manillas. Son resistentes a la corrosión y los golpes, al tiempo que lucen sobrias y pulidas, al gusto de estilos modernos y minimalistas. Por último, las manillas hechas en latón están en franca minoría en este mercado, pese a conservar adeptos y proporcionan un acabado único, con niveles adecuados de resistencia al desgaste y los impactos, no así a la oxidación.
La importancia del fabricante de la manilla: una cuestión de calidad más que de diseño
Al elegir manillas para ventanas de madera, aluminio o PVC, los clientes deben prestar atención al fabricante. Que este accesorio sea común no significa que su calidad y prestaciones no puedan mostrar cambios apreciables en razón de la marca.
Así, las manillas desarrollados por Roto Frank son una garantía en términos de calidad, resistencia y seguridad. La firma germana, en activo desde 1935, dispone de la gama Roto Line con manillas de elegante diseño, equipadas con tecnología avanzada.
Este producto, así como el resto de herrajes Roto Frank, son compatibles con la mayoría de soluciones correderas, plegables, etcétera, disponibles en la actualidad. Otras marcas de prestigio son Hoppe, AMIG, Giesse, Savio, Pasini, Manital, Valli, Ento, Dierre y Lo & Co, entre otras.
Sintetizando lo anterior, las clases de manilla para ventanas pueden clasificarse en función de su diseño, el material, la base o la marca responsable de su desarrollo y comercialización. Estos parámetros, hasta cierto punto generales, son útiles a la hora de efectuar una primera criba de productos; seguidamente, pueden investigarse las características de una selección de manillas que interesen al usuario, antes de escoger la más adecuada.