Ventanas eficientes: 5 claves para elegirlas y ahorrar energía

Pese a su creciente importancia, el aislamiento térmico de las ventanas continúa siendo una cuenta pendiente en millones de hogares españoles. De hecho, equivocar la elección de este elemento arquitectónico puede salir muy caro: la pérdida de rendimiento térmico de una ventana puede alcanzar el 30%, según datos del Department of Energy de Estados Unidos, ratificados por diversos estudios realizados en España y otros países europeos —si bien los hay que rebajan este porcentaje al 18%, como el del Department of Energy & Climate Change (DECC) del Reino Unido.

En cualquier caso, el uso de ventanas eficientes eleva el bienestar en interiores, supone un ahorro en la factura de la luz y contribuye a la sostenibilidad energética. Para elegirlas, debe prestarse atención a aspectos como el material, el acristalamiento o el tipo de abertura utilizado.

Cómo elegir ventanas eficientes desde un punto de vista energético

Apertura abatible, la más recomendada

Los sistemas de apertura en ventanas son múltiples: pivotantes, proyectantes, etcétera, y el nivel de eficiencia energética varía drásticamente en función de modelo elegido. En el momento de comprar ventanas eficientes, se recomienda decantarse por las abatibles, es decir, de hojas practicables mediante bisagras situadas en los perfiles derecho o izquierdo. Cualquiera de sus variantes (oscilobatientes y abatibles sobre el eje vertical u horizontal) son igualmente aconsejables.

Por su parte, otras ventanas con eficiencia energética son las correderas, cuyas hojas se deslizan superpuestas con ayuda de raíles. Ambos sistemas proporcionen niveles elevados de aislamiento térmico y acústico.

Doble o triple acristalamiento para un óptimo aislamiento

El doble e incluso triple acristalamiento es una característica inseparable de las ventanas más eficientes. La presencia de múltiples vidrios ayuda a oponer una barrera natural entre el exterior y el interior gracias a la formación de una cámara de aire —dos en el caso del triple cristal.

El poder de la cámara de aire, en ventanas eficientes energéticamente, radica en su capacidad para disminuir los intercambios de temperatura. Con independencia del número de vidrios, el tipo de cristal utilizado también influye en el rendimiento térmico. Buen ejemplo son los vidrios Guardian Sun de las Ventanas Climalit.

PVC, el material estrella

El rendimiento térmico de una ventana depende en gran medida del material de sus perfiles y elementos estructurales. Frente al aluminio y la madera —que pueden proporcionar niveles de aislamiento energético significativo, ciertamente—, el PVC ha demostrado ser el material estrella del ahorro en términos energéticos.

Por sus inmejorables valores de transmitancia térmica, el policloruro de vinilo o PVC demuestra ser una elección perfecta en viviendas Passivus, y también su resistencia a golpes y a la acción del óxido son notables, por lo que representa una inversión de futuro. En este sentido, Kömmerling, Deceuninck y Cortizo figuran entre los mejores fabricantes de ventanas de PVC del mercado.

Etiqueta energética, más que un detalle

Las ventanas comercializadas en España cuentan con un etiquetado energético, destinado a orientar al consumidor en su búsqueda de productos que permitan ahorrar electricidad. En este sistema, la eficiencia energética queda recogida en siete etiquetas, marcadas de la A a la G, siendo esta última la de menor eficiencia. Por tanto, se recomienda la compra de ventanas con un etiquetado B o superior.

Instalación y sellado, esenciales

Juntamente con el material, el acristalamiento y el sistema de apertura, la eficiencia energética en ventanas está condicionada asimismo por el empleo de productos selladores y aislantes durante la instalación. Olvidar esta precaución reduciría la efectividad del aislamiento de la ventana. La razón es simple: entre la ventana y el perímetro de la fachada en que se instala, quedan grietas y huecos que fomentan la transferencia de temperatura del exterior al interior. Estas vulnerabilidades pueden eliminarse fácilmente con la aplicación de siliconas, espumas plásticas y otros selladores a la venta.

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