De estética llamativa y altas prestaciones, el cristal con efecto espejo se han convertido en una solución popular en multitud de hogares, comercios y edificios públicos. Además de dotar de una apariencia elegante y moderna a su entorno, este producto incrementa el ahorro energético y proporciona la máxima privacidad.
Para implementar el efecto espejo en ventanas, se abren dos caminos posibles: (1) los espejos unidireccionales, también llamados cristales espía, que conservan la transparencia por una de sus caras mientras que la restante refleja las imágenes de forma similar a un espejo; (2) las láminas con efecto espejo, más económicas y fáciles de adherir a cualquiera de los lados del vidrio una ventana.
Con diferencia, el uso del vinilo o lámina de espejo para ventana es la preferencia de la mayor parte de los usuarios, por su precio asequible y su fácil y reversible instalación. 3M, D-C-Fix y otras marcas de prestigio comercializan estos productos con una óptima relación calidad-precio.
Para los vecinos y viandantes, estas láminas generan la ilusión óptica de que se han remplazado los vidrios por cristales espejo para ventanas. En realidad, se adhieren a vidrios existentes mediante una solución acuosa y la ayuda de herramientas simples, como el cutter para recortar el vinilo conforme al tamaño requerido o la espátula para mejorar su fijación. Por su capacidad para proteger de los rayos solares, estas láminas también son denominadas ‘de control solar’.
Contrariamente a una opinión generalizada, el vidrio con efecto espejo —es decir, las láminas que posibilitan este efecto— son funcionales de día y de noche. En horario diurno, la cara exterior del cristal, que es donde se adhiere el vinilo, se convierte en una pantalla reflectante, preservando el interior de miradas indiscretas. Aunque durante la noche merme su poder reflectante, sigue cumpliendo su función gracias a que sus partículas metálicas le permiten reflejar cualquier mínima luz del exterior, como el alumbrado público.
Beneficios de invertir en cristales con efecto espejo
El uso del vinilo con efecto espejo significa una mejora inmediata de la privacidad. En grandes núcleos urbanos, la intimidad es muy valorada por la imposibilidad de aislarse del resto de la sociedad, salvo en el momento de cerrar la puerta de la calle. Para muchos, es importante preservar este espacio personal, y sin duda los vinilos y láminas de espejo ayudan a conseguirlo.
Además, elevan la protección solar hasta en un 70%, lo que supone una disminución notable del calor en interiores durante los meses de primavera y de verano. Dado que la incidencia de los rayos solares puede acelerar el deterioro de muebles y otros elementos arquitectónicos, invertir en estas láminas contribuye a preservarlos y aumentar su vida útil.
Desde el punto de vista del ahorro y la eficiencia energética, la instalación de este tipo de vinilos en ventanas aumenta la sostenibilidad del inmueble. En concreto, estos productos contribuyen a frenar las pérdidas calóricas y, por tanto, a depender menos de los sistemas de climatización gracias a su revestimiento metálico, capaz de reflejar los rayos UV de manera similar a unas gafas de sol.
Como resultado, los vinilos o láminas espejo para ventanas ayudan a aislar la casa para ahorrar energía. De forma indirecta, también aminoran la huella de carbono. Aunque su impacto en este sentido no parezca significativo, la adopción de esta medida en miles de edificios puede marcar la diferencia.
Respecto a su funcionalidad, estos vinilos no se limitan a preservar la intimidad de inquilinos y propietarios, sino que también sirven para separar ambientes y zonificar sin recurrir a tabiques, ni otros elementos constructivos.
Por último, su valor estético es innegable. En oficinas y edificios públicos, estos tipos de cristales opacos reciben un uso intensivo para dotar a la fachada de una estética moderna y sofisticada, además de proteger a los trabajadores de la radiación solar.
